martes, 3 de marzo de 2009

Bautizo

Respondiendo a la petición de Jocarl (quien parece ser el único ser vivo que lee estas palabras) voy a describir mis impresiones sobre el bautizo de la Universidad de San Carlos, específicamente, el de la facultad de Ingeniería.

Creo estar en lo correcto al afimar, que el bautizo era una de las cosas que menos me preocupaban respecto a ingresar a la Universidad. Para quien no sepa de que se trata el bautizo, se debe de aclarar que es una especie de novatada que le hacen los antiguos estudiantes, a los estudiantes de nuevo ingreso, aparentemente esta "tradición" tiene años de existir, con decirles que mi abuela me contó lo que le sucedió a mi papá en su bautizo.

Regresando a mis afirmaciones, el bautizo no me preocupaba, más bien estaba angustiada por los resultados de mis exámenes para ingresar a la facultad, pero uan vez tuve en mano los resultados, y llegué a la universidad, empecé a preocuparme.

Para hacer una descripción más clara, divido mi historia sobre el bautizo en tres fases:
Fase uno (preocupación, stress-pre-bautizo): Los jóvenes que se encargan de realizar los bautizos tuvieron la gentileza de interrumpir las clases un día, quemar cohetes y decirnos que teníamos que pagar Q115.00 por ser bautizados, además de amenazarnos con bautizarnos de una manera más "fea" si no cumplíamos con sus peticiones. Luego de esto, pague mi respectiva cuota, y empezó la cuenta regresiva, el bautizo tendría lugar el día 20 de febrero.
Durante los días que antecedieron al bautizo no tuve la oportunidad de preocuparme, entre exámenes y tareas, no había lugar para pensar en la tortura que me esperaba; pero la noche anterior, me moría del miedo, literalmente.

Y es que se cuenta cada historia sobre el bautizo... Pero para no complicar el asunto prefiero contar mi experiencia personal.

Fase dos (el bautizo): Todo empezó desde las 6 de la mañana, así es nos pidieron que llegaramos a las 6 de la mañana, por supuesto que muchos llegamos a las 6:30. Cuando llegué al edificio de Ingeniería, me encontré con mis compañeros, y una pileta, no sucia, asquerosa. La pileta es una especie de fuente que está frente al edificio principal de Ingeniería y que se utiliza para "bautizar" a los nuevos. Segun me contaron, no solamente tenía agua sucia, sino también ajo, pollo crudo, basura, y otras cosas más que es preferible no mencionar.

La tortura empezó cuando los "torturadores" (valga la redundancia) salieron del edificio, y todos los nuevos empezamos a correr como locos huyendo de ellos, cuando nos dimos cuenta, las mujeres estabamos mezcladas entre los hombres, y definitivamente no nos correspondía estar ahí, a las mujeres las buatizan otras mujeres, y a los hombres otros hombres. Nos llevaron a otro lugar y nos pusieron a hacer mucho ejercicio, mientras nos echaban cosas asquerosas, y pintaban nuestras caras. Después de darnos nuestra buena dosis de ejercicios, llevaron a unos hombres, también de primer ingreso, para que se disfrazarán de mujer y bailaran, esa parte fue divertida. Después, llegó la hora de meternos a la pileta, y olvidarnos del asco que nos provocaba solo verla. Nos metimos, paasamos por eso, como cualquier otro estudiante de Ingeniería, y salimos de ese transe, gritando: ¡Ya no somos nuevas!¡Ya no somos nuevas!. Después nos dijeron que había llegado la motobomba para que nos quitaramos un poco el olor a ajo, pero justo cuando salíamos se corrío la voz de que los estudiantes de otra facultad, se dirijían hacia donde nos encontrabamos nosotras, dispuestos a armar una pelea, tuvimos que salir corriendo hacia el edificio, y en ese momento si me asusté. Luego pasó todo, nadie le pegó a nadie y pudimos salir a encontrarnos con la motobomba, para que luego no nos dejaran irnos y tuvieramos que ver un partido de Foot-ball. Yo me moría del aburrimiento, del frío, y del hambre, además estaba muy cansada y olía muy, pero muy mal. Al fín, nos dejaron ir, y fuimos libres.

Fase tres (cansancio): Cuando regresé a mi casa y tomé un buen baño, note dos cosas, la primera, que estaba muy cansada, y la segunda que estaba quemada, es en serio, mi pobre cara estaba más roja que un tomate, y muy irritada. Dormí como un tronco, y al día siguiente no me pdía levantar de la cama, porque me dolían mucho las piernas, resultado del excesivo ejercicio, y además tenía clases de inglés, y tarde más de 10 minutos subiendo las gradas, lo digo en serio.

Conclusiones: la verdad es que creo que la tortura, llamada comunmente bautizo, no fue tan mala como lo esperaba, lo único de lo que reniego es que realmente me canse mucho, y no fue un agotamiento que durará solo un día, pasé tres días sin poder caminar con normalidad, y mi cara aún está pagando las consecuencias de la exposición al sol. Además, se me hace importante resaltar, el hecho de que los organizadores parecen estar listos para todo, aformtunadamente no pasó nada malo, y esto parece ser consecuencia de sus previsiones, en el lugar habían representantes de la Procuradoría de los Derechos Humanos, y paramédicos. Creo que las tradiciones son parte de nuestra identidad, pero debemos saber manejarlas de manera que nadie salga perjudicado, espero que en los próximos años, la maldad se reduzca un poco, y nadie tenga que arrastrase para salir de la cama la mañana siguiente.