Existe un dicho popular que dice: “Detrás de todo gran hombre existe una gran mujer”, y eso lo que se han encargado de hacer los historiadores, han dejado en el olvido la historia de estas magníficas mujeres, dándole mayor importancia a sus colegas masculinos y dejándolas a ellas en un estado de simples compañeras o amantes para estos hombre; la historia ha sido injusta con ellas al igual que la vida lo fue para cada una de ellas, que al ser mujeres no tenían derecho a recibir una educación apropiada, y si lo conseguían ganaban título de herejes , brujas o hechiceras, e inclusive algunas recibieron maltratos que pusieron fin a sus vidas, como el caso de Hipatía.
Tratar de hacer una investigación sobre los aportes de estas mujeres a la filosofía resulta bastante complicado, por lo que dije anteriormente, los registros sobre estas mujeres son muy pobres, al buscar en Internet se puede encontrar una lista clara y concisa de sus nombres, pero no de sus bibliografías; en los diccionarios de filosofía solamente se les menciona como las compañeras de los grandes pensadores y en las enciclopedias no hay espacio para sus historias. Pero a mi me parece importante escribir en este pedazo de papel, sobre la admiración y el respeto que siento por cada una de ellas, especialmente en los casos de Hipatía y Mary Wollstonecraft, pues sin su lucha constante, nunca se habría demostrado que las mujeres valemos tanto como los hombre, y yo nunca habría llegado a tener la educación que tengo, mis compañeras nunca habrían podido acudir a una escuela y todas estaríamos destinadas a ser simples materiales para crear alianzas entre familias, tengo que reconocer que ha estas mujeres les debo mucho, aunque no las haya conocido, tengo que agradecerles.