He tenido la suerte de tener la mamá que tengo, creo que ninguna otra mujer soportaría mis locuras, como lo hace mi mamá, ni me daría el apoyo que me da, ni me escucharía como lo hace ella.
Pero si bien, Dios me bendijo, con una mamá tan increíble, también puso en mi camino a muchas otras mujeres, que también han sido como madres para mí: mis tías, mi abuela, amigas de la familia, primas, y hasta a mis amigas, que de vez en cuando me hacen entrar en razón cuando pretendo hacer cosas tontas.
Lo que la gente parciera no entender es que para se madre no es necesario dar a luz a un hijo, en realidad ser madre implica mucho más que eso, implica se paciente, responsable, ser valiente, tolerante, cariñosa y muchas cosas más, características que lamentablemente no todas las mujeres poseemos y algunas nunca tendremos. Tampoco existe alguna universidad en el mundo que enseñe como ser mamá, supongo que se va aprendiendo empíricamente, diariamente.
Lo cierto es que le doy gracias a Dios por poner a estas magnificas mujeres en mi camino, por llenarlas de sabiduría y entendiemiento, y por permitirme ser merecedora de un poco de su cariño, y de sus mimos. Aunque no se los digo muy seguido, y seguramente no llegarán a leer estas líneas, el cariño y el agradecimiento que tengo para ellas es enorme, las admiro demasiado, especialmente a mi mamá que siempre esta a mi lado, siempre.
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